Monday, May 7, 2007

amistad sin fronteras

No importan las opiniones contrarias. Cuando la inocencia sin maldad entran en juego, sale lo mas noble de cada ser. No hay enemigos...no existen. Se crean enemigos de las propias fobias y prejuicios. Recuerdo que tenia un perro bastante feroz en mi pais, tenia un color blanco. se parecia a un cruce de labrador y otro perro comun de regular tamaño...Odiaba a muerte los gatos. Cobro muchas victimas en el vecindario porque adquirio la habilidad de ingeniarselas para subir al techo y una vez ahi, correr sin perder el equilibrio, persiguiendo gatos, de tejado en tejado. Tuve buenos dolores de cabeza con los vecinos y dueños de gatos... Un dia, para mi mala fortuna. Recibi un gatito abandonado. Demasiado pequeño y feo para que alguien mas lo tomara. Debo reconocer que me gustan los felinos...aun los casos perdidos como este. Lo crie, arriesgandome cada dia, a que a mi retorno del trabajo, encontrase sus restos victima de mi perro. Pero, ocurrio algo curioso, no solo el gatico no temia al perro, lo buscaba...trataba de comer de su plato. En un principio, a mi perro no le hizo gracia la presencia del felino en casa. Intento atacarlo...pero no lo mordio. Sus celos crecieron dia a dia, pero tambien su paciencia. Ya que el gatito gustaba de dormir cerca o sobre él. Siendo un perro grande, no se sentia incomodo con su peso, usualmente. lo ignoraba. El perro aprendio a ser paciente con la gata (resulto gata), permitio de durmiera a su lado y comiera de su plato...Aunque mas de las veces, era el perro quien robaba la leche de la gata. Y, empezaron a jugar juntos....Mi perro se echaba para permitir que se le subiera encima la gata, y asi, tuvieran sus singulares combates. A veces, ella se encondia y saltaba al lomo del perro cuando menos se lo esperaba. Mas de una vez, escuche el grito asustado de mi perro... Y algunas noches odie sus locos juegos. Aunque no paraba de reir cuando el perro tomaba de la cola a la gata y la arrastraba por el piso; o cuando la gata se le daba por lavar el hocico del perro, encajandole las uñas cuando mi perro movia el hocico adolorico por la lengua aguda de la gata. Se creo una amistad y complicidad entre ellos (las que no comia ella, iban para el perro...aun sus robos o cacerias). La gata empezo a entrar en Celo..Y con ello una tormenta de gatos detras de ella. Que, se topaban con un guardian: el perro. Aun en los juegos mas rudos entre la gata y el perro, no se hicieron daño. Y la gata ya grande y pesada, no perdia la ocasion de echarse sobre el perro para dormir. Aunque, al perro ya no le hacia gracia...Y aun con gruñidos y amenazas, no podia impedir que la gata atacara primero el plato del perro... Un dia la gata no volvio mas...Supe que en una calle cercana un gato oscuro fue atropellado por la noche. Una alma caritativa recogio el cuerpecito de mi gata y la echo en la basura, para evitar que los niños se sintieran mal con el espectaculo. Mi perro encontro el rastro de las manchas de sangre, supongo que habia algo de aroma y restos del pelaje felino. Vi a mi perro deambular serio por unos dias, su apetito era irregular, quedandose con la vista fija hacia la puerta. Se que suena ridiculo pero senti que el perro extrañaba a la gata... Hoy en dia...extraño a ambos... Una parte de mi vida se fue con ellos en ese entonces.

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